Una nueva muestra de movilización social.

El pasado miércoles 28 de febrero, se celebró el cumpleaños número 66 de equipo capitalino Independiente Santa Fe, con lo cual se llevo a cavo una enorme manifestación de apoyo y de festejo por parte de sus hinchas por las principales calles del centro de la ciudad. Con esta marcha, los bogotanos obtuvieron una nueva experiencia referente a las movilizaciones sociales que llegan a producir las múltiples paciones que se desprenden de del deporte más popular del mundo “el fútbol”. Calles atascadas por los transeúntes santafereños, el trafico bloqueado por las marchas, actividades cotidianas relegadas por el festejo y un sinnúmero de obligaciones tiradas por unas horas al olvido, son unas de las muestras evidentes que se tienen de la participación social y cultural de los grupos de barristas en Bogotá y en el resto de ciudades del mundo dentro de su cotidianidad.

Y es que si bien los hechos registrados se presentaron dentro de la normalidad, es de gran importancia determinar el grado de incidencia que estas manifestaciones tienen dentro de una ciudad como lo es la capital del país, la cual en un solo día puede llegar a manejar casi un 30 % de las actividades económicas que se realizan a lo largo y ancho de todo Colombia. La razón quizás, la consolidación de las barras como agentes participantes de la cotidianidad de una ciudad.

De esta forma, las barras bravas del fútbol colombiano y mundial, ya no pueden ser para la sociedad simplemente agrupaciones dedicadas a corear el nombre de un equipo o a ser los principales protagonistas de los hechos de violencia en el deporte. Los agremiaciones de barras ya participan en el desarrollo de la sociedad misma imponiendo su propio estilo, siendo activos del desarrollo cultural de una región, de una ciudad, de un país, del mundo entero. Las barras ya hacen parte de una sociedad de consumo que cada día pide más de cada una de estas agrupaciones.